¿Qué
es el Sur?
¿Qué digo hoy? Digo que el
Sur no debería existir más. Como punto de referencia geográfica, claro. El Sur,
el Sur, el Sur, tan pocas letras para tan amplio significado… Es, en todo caso,
mucho más que un punto en el mapa. Es para mí, el punto de partida hacia lo
ilógico e irracional…Es simplemente un estado del alma…
Este estado del alma puedo
confirmarlo revisando mi historia personal y algunos de los sucesos que han
caracterizado las dinámicas de los pueblos y naciones alineados
involuntariamente, en esta parte del globo. En eso consiste justamente la falta
de voluntad, en el despliegue infinito de las emociones…
Vuelvo al primer Sur en mi
vida. Se ubica en las montañas del suroccidente colombiano, en el departamento
del Cauca. Un primer ataque a mis lógicas racionales de ciudad, organización
comunitaria y proyecto de vida. Otro mundo era posible, cargado con matices de
arengas antiimperialistas y escenarios desaforados del alma en medio del
popular licor del chirrinchi, las limpiezas con agua y la expectativa por
un futuro propio sólo alcanzable mediante una lucha inconsciente ante lo
occidental que se enmarca como la otra gran postura susceptible de asumir ante
el camino de la vida…
Un suroccidente colombiano
agreste, nicho de resistencia ante foráneos multinacionales
y propios bélicos y monetizados… Atrincherados en las
montañas, entre el océano Pacífico y el centro del país, estos hombres y
mujeres del Sur llevan el rótulo de alternativos
y disfuncionales a todas partes… No
encajando en nada y nadie, empieza a perfilarse aquello que parece más propio,
es decir, el alma…
Montañas del Suroccidente colombiano*
El segundo Sur en mi vida,
es la prueba contundente de que, se puede llegar a ser de dominio mundial sin
olvidar los linderos de lo más propio que se es. Se ubica en el corazón de Suramérica según la guía de
viaje y corresponde al Santuario de Machu Picchu en el departamento del Cusco,
en el Perú. Un atentado contra toda lógica lo fue el ir y el venir desde el
Cusco hasta el Santuario en un lapso de tres días con todo a medias: a medio dormir, comer, conocer…
Es en estas circunstancias
cuando se precisa decir, acerca de las mutaciones en la razón y sus efectos en
el alma, causados por la presencia del Sur en la vida humana. Porque en el Sur,
cuando todo parece imposible a la lógica es, a un mismo tiempo, mayormente
susceptible de lograr en la cotidianidad inmediata… Ejemplos por montones:
Carlos Dittborn, presidente del comité organizador del mundial de fútbol Chile
62, luego del terremoto que sacudió a esta nación en 1960: “Porque no tenemos
nada, lo haremos todo…”; Milhor Fernández, escritor brasileño, al referirse a
las particularidades de la economía latinoamericana: “Un principio económico inexplicable
es el de un padre sin educación alimentando a cinco hijos en contraste al hijo
graduado que no puede sostener a sus dos padres…”. Y aún el entorno natural de
esta parte del globo se encarga de retar a la lógica de las posibilidades: Un
pedazo de mar llamado lago en medio del altiplano; Una sierra nevada a orillas
del océano Atlántico; Una avenida de volcanes que atraviesa el país de la línea
ecuatorial; Un fortín inca construido en tierra con terrazas y senderos más
pensados para llegar al cielo; Un río sucio de abundante plata…El Sur ofrece
cualquier posibilidad porque todo está en permanente cambio y construcción.
Aquí lo local que parece mundial ó europeo, no deja de ser latino así se vaya
en lo primero los mayores esfuerzos…
Un par de naciones llenas de
amor propio frente a los matices que las caracterizan. Ecuador y Perú con sus
diferencias como pueblos, representan el latir del corazón en esta parte del
hemisferio. Todo les duele y nada les es indiferente. Por eso el devenir
convulsionado de los habitantes de sus territorios por la vida…
Un pedazo de mar llamado lago en medio del
altiplano*
Y el tercer Sur, el que
acabó de confirmar la pauta del alma asociada a este punto del mapa, es el más
significativo hasta el momento actual de mi existencia. Se ubica en las orillas
del Río de La Plata en su margen izquierda y transpira una esencia porteña en
vía de extinción pero, en todo caso, inconfundible. Es Buenos Aires. Esa ciudad
me obligó a hacer a un lado, en definitiva, cuando se trata del Sur, todas las
nociones racionales de organización, puntualidad y limpieza. En esas latitudes
no hay claros grises y es un insulto ser considerado pecho frío. Allá la dignidad humana no se compra porque no tiene
precio. Allá sentís todo el tiempo y no se vale ser boludo ni que te hinchen las
pelotas por dejar pasar ó ir, así parezca todo formulado por los designios
gubernamentales y naturales. Un Sur que acabó de confirmar la no validez
absoluta del saber de los libros, las prácticas acabadas y perfectas y la imposibilidad de los deseos cuando no se va hasta
ellos… Un Sur que se mira a sí mismo, ególatra, vanidoso, sin oposición directa
al norte…
Unas naciones del Sur
formadas a pesar de sí mismas: Un Estado Plurinacional que de a poco empieza a
valorar desde sus dirigentes para abajo, su gran legado ancestral e indígena;
Una nación paragua que lucha por
salir de su aislamiento geográfico y político entre un par de gigantes; Un país
charrúa en donde sus mayores niveles
de PIB lo constituyen los portadores de esta honrosa y digna nacionalidad; Un
Estado gaúcho resabiado, insolente
ante sus vecinos y ante el planeta…¿No será porque es la zona más austral del
mundo?
Un Sur que se mira a sí mismo*
El Sur físico tiene dos espacios adicionales en mi vida
(Nariño-Colombia y la República Federativa del Brasil), pero por ahora, es
mejor dejar las cosas de este tamaño. Darle más alas a este estado del alma en
las limitaciones que ofrece la página escrita, parece más un contrasentido que
una apuesta sincera por la vida. Ahora del Sur ya no espero nada porque todo es
posible…Aquí, lo único imposible es dejar de sentir…
Lo único imposible es dejar de sentir*
*Las imágenes provienen de mi archivo
personal de fotos de viajes
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