lunes, 13 de abril de 2015

¿D10S es humano?

  ¿D10S es humano?


Parodia de un detalle del fresco de Miguel Ángel, "La Creación de Adán" que hace alusión a "La mano de Dios" de Diego Armando Maradona*

El viernes 10 de abril de 2015 vi a D10S sobre la tierra. No se trató de una experiencia mística ó el producto de una intensa búsqueda en procura de llegar a él. El escenario fue el denominado Partido por la paz de Colombia, una iniciativa tendiente a vincular el deporte con el desarrollo de las negociaciones de paz que en la actualidad realizan el gobierno colombiano y el grupo guerrillero FARC-EP en La Habana, Cuba. Esta actividad fue propuesta por la ex-senadora y defensora de los DDHH Piedad Córdoba al astro del fútbol argentino Diego Armando Maradona, en un encuentro que tuvieron ambos en el pasado mundial de fútbol disputado en Brasil. Luego de casi 10 meses de conversaciones, esta actividad se concretó el pasado viernes en el Estadio Metropolitano de Techo de la ciudad de Bogotá.


Entrada al Partido por la Paz de Colombia sobre el libro “Yo soy el Diego” de autoría del Pelusa

A este evento deportivo, que contó con la asistencia del aforo total del estadio (cerca de 10 mil espectadores), se sumaron viejas glorias del fútbol colombiano y bogotano como Faustino Asprilla, Freddy Rincón, Mauricio ‘Chicho’ Serna, Jhon Mario Ramírez y Bonner Mosquera, entre otros. No obstante, la figura más destacada de la noche fue la del mejor jugador de fútbol del siglo XX, según una encuesta realizada por la FIFA en el año 2000. Es comprensible: la imagen de D10S no pasa desapercibida en donde quiera que se encuentre.

Bueno, ese apelativo conocido en el mundo entero para referirse al hombre nacido en Lanús en el año de 1960, es justamente el encuentro de un sinfín de controversias. Para muchos es una deidad por todo lo que hizo dentro de las canchas y aún fuera de ellas (sin ningún tipo de escrúpulos a la hora de satisfacer sus deseos, una característica propia de algunos dioses). Para otros, no es más que el arquetipo de un tipo con suerte, tal vez con algún talento o estrella, pero ‘estrellado’ por un estilo de vida en donde los escándalos están a la orden del día.

Al citar de una forma muy inexacta y general una idea propuesta por el filósofo alemán Ludwig Feuerbach, en el sentido de afirmar que los seres humanos somos los que creamos a Dios y no al revés, encuentro un punto de partida muy valioso para desenfocar esa cruel dicotomía que ubica al Pelusa en uno de dos extremos: el cielo ó el infierno. El eterno 10 de la selección argentina, no es sólo un hombre que llegó al Olimpo del deporte pateando una pelota de cuero; es también el producto de un tipo de sociedad ávida de héroes hechos de carne y hueso cuando la esperanza en los seres celestiales ya no es suficiente.

Provenir de un barrio humilde, destacar en un equipo de ensueño a los 9 años, figurar en la televisión argentina por sus malabares a los 12 años y su debut prematuro en la primera división del fútbol argentino y la Selección mayor con sólo 16 años; fueron señales que permitieron vislumbrar en su tiempo, la génesis de algo más grande y sorprendente que vendría después. Los seres sobrenaturales empiezan a destacarse a muy temprana edad y ya Maradona empezaba a cumplir con eso. Luego llegaron eventos más conocidos como la obtención del mundial juvenil de 1979, su paso por Boca Juniors y su llegada al fútbol europeo al Barcelona. El éxito y el reconocimiento le llegaron pronto, igual que a muchos prodigios.     


Maradona a los 12 años haciendo juegos con el balón en Sábados Circulares, el programa más visto por aquel entonces en la televisión argentina**

Sin duda, el antes y el después de su rótulo de D10S, lo supuso su brillante actuación en el mundial de fútbol de México en 1986. Además de sus extraordinarias habilidades con el balón que llevaron a Argentina a gritar campeón en dicha competición, Diego se metió en el corazón de la imaginería popular al encarnar el sentimiento de una ‘reparación simbólica’ tan ansiada por los habitantes de este país sudamericano luego de su derrota en la confrontación bélica con Inglaterra por el control de las Islas Malvinas ocurrida cuatro años atrás. 

Su mano de dios y su inolvidable cabalgata dejando rivales ingleses como un Pegaso del fútbol, fueron su paso definitivo de esta realidad terrenal hacia un ámbito celestial. En adelante, sus críticas al orden mundial, al sistema económico, la corrupción en la FIFA, la reivindicación del futbolista como un trabajador con derechos y otras actuaciones similares; hicieron ver en él que la excelencia deportiva también podía estar al servicio de los hombres. Los dioses miran a la humanidad y se compadecen con su sufrimiento. Todo lo anterior: “Sin más armas en la mano / Que un diez en la camiseta”, según las palabras de una emotiva canción de homenaje que le compusiera el grupo argentino de rock Los Piojos a Maradó.


Maradona corriendo (cabalgando) con la pelota en México 86***

Pero los dioses, por más que vivan en la estratosfera, también tienen mucho de humanos. Algunos desde su aspecto físico y otros con sus actitudes, demuestran que las deidades también alojan en sí sentimientos terrenales. Nada más en la Ilíada de Homero, Afrodita y Apolo al terciar por los troyanos, al igual que  Atenea y Hera con sus favores a los griegos, confirman que las pasiones humanas también pueden ser un asunto divino. Ambas caras de la moneda, de lo sagrado y lo profano, pudimos ver en D10S o simplemente Diego, los que pudimos ir a la cancha y observar el Partido por la paz de Colombia.

En Bogotá, D10S fue dios porque convocó a gente de distintos orígenes (filiaciones políticas, estratos sociales, barras futboleras) sólo por verlo y estar cerca de él. También porque fue capaz de hacer creer en lo que ya no se pudo ver (fantasear con el Diego del 86 en la silueta del sujeto de 54 años en el 2015) y en lo que aún no se ha visto (una idea de paz en un país violento como el nuestro). Un aspecto más es el de propiciar comportamientos humanos al límite entre los mortales (corridas suicidas hacia el centro de la cancha, agresiones a otros por aproximarse a él lo más posible). 


El Diego con la 10, comanda la ofensiva una vez más en el Partido por la Paz de Colombia

Pero, al mismo tiempo, en Bogotá D10S fue humano porque respondió a la presión mediática que no le permitió moverse en la cancha con total libertad (eso que los medios de comunicación sin ningún criterio y de la manera más irresponsable llaman agresiones). De igual modo, su evidente sobrepeso ya hizo imposible ver al caballo alado del fútbol y nos aproximó en cambio, a la figura de un hombre corriente plagado de excesos e incoherencias desde la óptica de una doble moral pública imperante que emite juicios de valor frente a lo que debería ser el actuar de una persona famosa. Porque justamente de eso se olvidan todos los que lo juzgan al Diego: en el conviven el ser humano nacido hombre que fue hecho dios por sus semejantes. “Si vos lo fueras no habría tanto yuyo”, también dicen Los Piojos en su canción Maradó.  

Los hombres necesitan a los dioses tanto como los dioses a los hombres. D10S es dios por las capacidades y cualidades extraordinarias que los hombres ven en él. Con su participación en el Partido por la paz de Colombia,  Maradona nos recordó que aunque el hombre se equivoque “La pelota no se mancha…” y también que D10S es dios gracias a su condición humana.




Maradó / Los Piojos / Argentina (1996)

Créditos:

* Tomado de: http://www.esacademic.com/dic.nsf/eswiki/148806
** Tomado de: http://lichnosti.net/pset_1388.html 
*** Tomado de: http://pasedeldesprecio.com/el-futbolero-nostalgico-xliii-hoy-diego-armando-maradona-d10s/

Las imágenes que no tienen (*) son tomadas de mi archivo personal de fotografías

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